Me encantan las quiches!! Es un tipo de tarta salada que resulta ideal para hacer cuando vienen invitados a casa y no sabes qué cocinar o no dispones de mucho tiempo.
Aquí os dejo una receta de Quiche Lorraine que sale muy muy rica. He probado a hacer varias pero, al final, siempre me quedo con ésta.
Esta vez, las he hecho en moldes pequeños para hacerlas individuales pero en un molde grande también quedan genial.
Comenzamos...
Precalentamos el horno a 200ºC.
Untamos los moldes con un poco de mantequilla o usamos papel de hornear para que luego podamos desmoldar fácilmente las quiches.
Extendemos la masa quebrada y, con un plato de taza de café, recortamos pequeños círculos para forrar los moldes. Pinchamos la masa con un tenedor para que no forme burbujas y cubrimos con papel de aluminio. Horneamos 10 minutos a 200ºC. Después del tiempo, sacamos los moldes, quitamos el papel de aluminio y reservamos.
En una sartén echamos un poco de aceite y cocinamos la cebolla, muy picada a fuego lento hasta que vaya quedándose transparente. Cuando ya esté, echamos el bacón y doramos. Vertemos el brandy y lo dejamos hasta que reduzca. Es importante que se reduzca bien para que se queme el alcohol y luego no se nos corte con la nata.
En un bol mezclamos los huevos con la nata y el queso rallado. Por último, incorporamos la mezcla de la sartén al bol.
Vertemos la mezcla en cada uno de los moldes y ponemos unas rodajas de tomate por encima. Horneamos aproximadamente 20 minutos o hasta que veamos que la tarta ya está dorada.
Dejamos atemperar un poco y lista para servir! (Se puede comer caliente o fría pero para mí la mejor opción es comerla templadita)